Dedicado a Marina Kogan (1982-2011): te recuerdo con cariño, respeto, admiración y, sobre todo, un eterno agradecimiento.

martes, 21 de septiembre de 2010

Querido Lennart:


Es raro escribirte. Retomar contacto después de tanto. Tanto tiempo, tantas cosas, tanta distancia…

A pesar de que todo terminó muy mal, quiero decirte que me importás. Muchísimo. Y que te extraño. Que siempre te extrañé. Incluso cuando estabas acá, al lado mío, porque igual estabas ausente, como deseando estar en otro lado. No estabas.

Desde el día uno, cuando llegaste con tu valija de cuero gastado que nunca quisiste tirar (ahora me doy cuenta por qué), supe que no pertenecías acá, conmigo. Que no me pertenecías. Y si nunca lo mencioné fue por miedo a perderte. Qué idiota. Hay veces en las que el final es inminente, inevitable. Realmente no importaba si era un poco antes o un poco después, ¿no? De esto me doy cuenta hoy, ahora, mientras te escribo.

De cualquier manera eso ya es historia pasada. Ni sé para qué lo escribí. Podría borrarlo. Y borrar todo esto. Todo lo que estoy escribiendo en alusión a lo de más arriba pero... no. Quiero que lo leas. Y que te enteres de que, a pesar de todo, hoy recuerdo lo nuestro como algo hermoso y feliz. Algo único. Algo que me hizo crecer. Y me hizo conocer el dolor. Me hizo sentir sola. Sola mientras tenía a alguien al lado. Sola desolada. Abandonada. Pero con alguien al lado. La sensación de pedirle más a alguien que no puede darte más. Ni quiere. Ni te va a dar más. Porque, a la larga, sólo le importa su bienestar. Su satisfacción. Su persona. Y nada más.

Es raro escribirte. Retomar contacto después de tanto. Tanto tiempo. Tanto dolor. Tanta distancia. Tanta mierda. Toda la mierda que me hiciste pasar. Y lo peor es que de tanto en tanto vuelvo a decidir abrir mi corazón y escribirte unas líneas. Revolver la herida. Siempre termino quedando como el más patético de los seres sobre la faz de la tierra. Patética y resentida. Pero, ¿sabés qué? Esta vez te voy a mandar la carta. Sí, te la mando. Y sin releerla porque sino me arrepiento.



Julia



P.D.: Espero que andes bien. Vos también. Un beso.

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